Este material pertenece a la obra "Leyenda" del grupo teatral "Libertablas".
La leyenda del Yasí Yateré
- ¡Vamos, chicos, a dormir la siesta...! ¡Anahí, vamos!. Así llamaba la mamá de Anahí.
-Ya voy, mamá... Mamá, voy a buscar a mi muñeca Miní hasta el arroyo y enseguida vuelvo. - ¡No te alejes, Anahí! ¡Mirá que es la hora de la siesta, y te puede llevar el Yasí yateré! El Yasí Yateré es el duende de la siesta del litoral. Dicen que se lleva a los niños que se alejan de la casa. Nadie nunca lo ha podido atrapar.
La pequeña Anahí conocía muy bien el lugar donde había nacido, Conocía cada pájaro y cada peligro de la selva. Y era la única niña entre todas sus amigas, que no tenía miedo al Yasí Yateré.
Y allí fue Anahí a buscar su muñeca, pero cuando la encontró, descubrió, a su lado, al pájaro más extraordinario que hubiera visto nunca. La niña comenzó a perseguirlo,
porque su canto era melodioso, y sus colores hermosos, hasta que se encontró en un
lugar de la selva que nunca había visto, y que no reconocía. Entonces, el pájaro se transformó en un extraño enano de barba y pelo rubio.
_Yo soy el Yasí Yateré, y nadie va a poder encontrarme, porque tengo los pies al revés y si siguen mis huellas, creen
que fui para el otro lado!!! Y rió el duende mientras a Anahí le entraba un poquitín de miedo. El Yasí llevó a Anahí a su choza, y la encerró allí para que pasara la noche
prometiéndole que a la mañana siguiente se olvidaría de su casa y de sus padres y se iría con él. Anahí se acurrucó en un costado mientras se hacía de noche.
Ya estaba por dormirse cuando su amigo, el gusanito Isondú apareció: -No te duermas Anahí, todos los que se duermen en la choza del Yasí Yateré se olvidan de todo... ¡No te duermas!!.-
¡Ese era el secreto! Pensó Anahí- No tengo que dormirme... pero tengo tanto sueño...
Un rayo de luz entro por la ventana y abrió los ojos de la niña. ¡Era la luna que venía a ayudarla! Y en seguida el sapo cururú, y el papagayo, y los tapires y... la selva entera
estuvo ahí para ayudar a la amiga. Y entre todos cantaron un chamamé para mantenerla despierta.
A la mañana siguiente, el duende volvió pero solo para descubrir su derrota: -¡Nunca me voy a olvidar de la gente que quiero! El Yasí Yatreré se quedó rabiando y Anahí
volvió con su mamá y se confundieron en un enorme abrazo.
Y así una niña llamada Anahí venció al mal de la desmemoria. Venció al Yasí Yatere.
"Chamamé de la memoria"
Teresa Parodi